Categories

CUANDO MI ABUELO SE HIZO INVISIBLE

CUANDO MI ABUELO SE HIZO INVISIBLE

Me había tardado en escribir de nuevo porque todo lo que escribo sale de un lugar de mi corazón y ese lugar había estado ocupado por otro tipo de preocupaciones como la navidad, los viajes, el trabajo, etc. Cosas muy tontas. 

 

Pero ahora, esa parte se abrió de nuevo (no de la mejor manera) y me pareció que era la forma de sacar lo que estaba sintiendo. Ya era necesario. 

 

Pues les cuento que, al parecer, éste es mi lugar de desahogo y últimamente solo puedo hablar verdaderamente por aquí. Vaya suerte! Vaya maldición. Pero me ayuda, así que ahí les voy de nuez. 

 

Mi abuelo, se hizo invisible hace unos días. Se hizo invisible pues todavía lo siento aquí, pero no lo puedo ver. 

 

Mi abuelo, una persona muy interesante. Muy atenta. Muy querida a su alrededor. De esas personas que saben muchas cosas porque leyeron muchos libros y conocieron mucha gente. Mi abuelo me quiere mucho y yo lo quiero a él. Te extraño ya abuelo, no me gusta pensar que ya no te puedo ver. Aunque tampoco es que nos viéramos mucho. 

 

Mi abuelo coleccionó desde siempre experiencias. Coleccionó momentos, historias, anécdotas y personas. Todo siempre tenía un antecedente y sabía contarlo muy bien.  

Comer con él, siempre fue una delicia, mucho más allá de lo que estuvieras comiendo. 

 

Ese coleccionador de experiencias que era, en algún momento invitó a su casa artistas emergentes a pintar en Tepoztlán para inspirarse. Reseño miles de restaurantes y nos dejó su último artículo una colección de platillos que debemos probar (https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Los-mejores-platillos-que-probe-en-el-2018-20181227-0074.html)

 

Y en esa colección, me atrevo a meter una anécdota importante. Decidió, junto con mi abuela, que también tiene todo el crédito, invitar a vivir a una niña de 12 años con ellos. Las circunstancias son sin duda material para otro día, pero dentro de esa decisión, cambió el rumbo de una niña, hoy también abuela, mi mamá. Mi mamá llegó con ellos ( que by the way tenían 4 hijos ya) y con eso conoció a mi papá, tuvieron hijos, y aquí estoy yo. 

 

Así que abuelo, en una parte, aquí estoy por ti. Porque cuando sumaste a esa niña inquieta a tu vida, la sumaste enterita. Con todo y los niños que tuvo. Fuiste mi abuelo aunque no tuviéramos el mismo apellido. Fuiste mi padrino. Estuviste ahí. Y abuelo, hoy se siente que no estás. Y no porque nos habláramos diario, sino porque compartimos una complicidad tu y yo. Nos escribimos y mandamos cosas, a veces fue hasta por twitter. Adoptaste a mis amigas como tus amigas y todas siempre me preguntaban cuando iríamos a comer contigo de nuevo, como lo hicimos muchas veces. 

 

La última vez comimos tu y yo solos. Me acuerdo perfecto. Nos tuvimos que parar porque ya se hacía tarde. Yo no podía tomar porque creía que estaba embarazada por segunda vez y no te podía decir jejeje. Tu si pediste champagne y brindaste por los dos. 

 

He estado acordándome Abuelo mucho de ti. De cómo me enseñaste a Dr Seuss y a Tom Clancy. Como me dijiste que leyera en inglés lo que se había escrito en inglés. Y así sigo. Como me mandaste un cuento que escribiste para que leyera a Martín cuando estaba enfermo. Como me escribiste cuando sabías que necesitaba apoyo. Como quisiste enseñarme a jugar tennis cuando era chiquita aunque era claro que no tenia aptitudes tenistas. Como te reías de mis historias y me contabas las tuyas. Como fuimos a desayunar juntos justo 4 días de que naciera Martín y me dijiste que me veía muy bonita embarazada (claramente eran ojos de amor porque era yo un ballenato). 

 

No tengo duda alguna Abuelo, que estás en un lugar digno de ti ahora, lleno de champagne y libros en inglés, comiendo delicioso y descansando en tu sillón.

 

Me enseñaste abuelo, con el ejemplo, que la familia es una decisión. Estamos juntos porque queremos estarlo. Que no es sangre la que llama siempre, es cariño y amor. La familia se hace porque se quiere hacer. Un día, cuando alguien puso en duda nuestro amor,  te lo dije. Fuiste mi abuelo desde que nací. Que a lo mejor mi mamá no era tu hija pero yo si era tu nieta. Y me dijiste que era cierto y así lo sentías tu también. Que te adoraba y lo seguiré haciendo. Porque tu y yo abuelo, nos quisimos y querremos siempre. Estaba lejos cuando te volviste invisible porque hasta parece que planeaste que mi mamá estuviera acompañada cuando te ibas, porque sabías lo que sería para ella.  Y sí, nos abrazamos juntos en una cabaña rodeados de nieve y nos tocó agarrarla fuerte. Esa niña de 12 años se le rompió el corazón de saber que ya no te vería de nuevo. 

 

Me salí en el coche sintiéndome rara y lloré fuerte con Rodrigo. A mi también se me había roto un poquito. 

 

Gracias por haberme elegido como nieta. Me elegiste y me dejé encantada. Gracias por haber estado.

 

Mi ultimo mensaje tuyo (no tengo claro si era parte de una cadena o no) decía “Ya me voy acostar, feliz 2019” a lo que te contesté que te mandaba muchos abrazos. Siento que si los recibiste.

 

Así que abuelo, no creo que sea la mejor reseña de tu vida, he leído estos días unas mucho más bonitas, pero pues así salió. Y mientras lloro un poquito más, te escribo estas palabras. 

 

De una MamáNoSabe a un Abuelo que sabía mucho.

Te adoro. 

 

Si quieren saber más de el y sus reseñas, los invito a buscar a Jorge Toledo en el Economista y lo que ponía en twitter como @teoledoyleyva 

 

 

 

 

 

CUANDO LE ESCRIBÍ UN CUENTO A MIS HIJOS

CUANDO LE ESCRIBÍ UN CUENTO A MIS HIJOS

CUANDO LES CUENTO DEL MEJOR REGALO QUE ME HAN DADO.

CUANDO LES CUENTO DEL MEJOR REGALO QUE ME HAN DADO.