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CUANDO TE TOCA LA MONTAÑA

CUANDO TE TOCA LA MONTAÑA

“Si la vida te da un cambio de rumbo, conocerás otros lugares que también pueden ser maravilloso”

 

Hace unos días tuve la fortuna de tener una plática de mamás en medio de una fiesta. Sin afán de apartarnos, sin ganas de presumir ni de quejarse, nos sentamos y platicamos de nuestras experiencias mientras nos tomábamos unas cubas (mi vaso tenía ron, no tengo claro que tenía el de las demás).

 

Ahí, en medio de canciones de Luis Miguel y luces fósforas en el techo, nos confesamos y platicamos de nuestros miedos. Ahí, me di la oportunidad de escuchar y reconocer a un par de mamás muy luchonas. Reiteré una vez más, como ser mamá es un reto que al menos una vez al día, parece insuperable. IMPOSIBLE. 

 

La plática comenzó, entre otras cosas, por un video. Un comercial de Fundación Mehuer llamado “Playa y Montaña”. No me va a creer la persona con la que comenté este tema pero es bajo dirección del actor, productor y director Emilio Aragón (El del Juego de la Oca) e inspirada en la maravillosa historia de Emily Perl Kingsley.

 

Emily Perl Kingsley es una escritora de Plaza Sésamo que ha estado abogando por las personas con discapacidades desde 1974, cuando su hijo, Jason  nació con síndrome de Down. De ahí surgió “HOLLAND”, un breve ensayo sobre lo que es tener un hijo con discapacidad. Este ensayo es la inspiración del video que nos llevó a platicar en aquella fiesta. 

 

Esto escribe Emily en 1987, buscando ayudar a padres que estuvieran pasando por algo similar.

 

A menudo me piden que describa la experiencia de criar a un niño con una discapacidad, para tratar de ayudar a las personas que no han compartido esa experiencia única a comprenderla, a imaginar cómo se sentiría. Es como esto…

 Cuando va a tener un bebé, es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia. Compras una gran cantidad de guías y hace planes maravillosos. El Coliseo. El Michelangelo David. Las góndolas en Venecia. Puedes aprender algunas frases útiles en italiano. Es todo muy emocionante.

 Después de meses de ansiosa anticipación, el día finalmente ha llegado. Usted empaca sus maletas y se va. Varias horas más tarde, el avión aterriza. La azafata entra y dice: "Bienvenido a Holanda". "¿Holanda?!?" Dices. "¿Qué quieres decir con Holanda? ¡Me registré en Italia! Se supone que debo estar en Italia. Toda mi vida he soñado con ir a Italia ".

Pero ha habido un cambio en el plan de vuelo. Han aterrizado en Holanda y allí debes quedarte. Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible, repugnante, sucio, lleno de pestilencia, hambruna y enfermedad. Es solo un lugar diferente.

Entonces debe salir y comprar nuevas guías. Y debes aprender un idioma completamente nuevo. Y conocerás a un nuevo grupo de personas que nunca hubieras conocido. Es solo un lugar diferente. Es más lento que Italia, menos llamativo que Italia. Pero después de haber estado allí por un tiempo y recuperar el aliento, miras alrededor ... y comienzas a notar que Holanda tiene molinos de viento ... y Holanda tiene tulipanes. Holanda incluso tiene Rembrandts.

Pero todos los que conoces están ocupados yendo y viniendo de Italia ... y todos se jactan de lo maravilloso que pasaron allí. Y por el resto de tu vida, dirás: "Sí, allí es donde se suponía que debía ir. Eso es lo que había planeado ".

Y el dolor de eso nunca, jamás, jamás se irá ... porque la pérdida de ese sueño es una pérdida muy, muy significativa.

Pero ... si te pasas la vida llorando el hecho de no haber ido a Italia, es posible que nunca puedas disfrutar de las cosas muy especiales, muy encantadoras ... sobre Holanda.

 

 

Que les digo, lo he leído como 15 veces y cada una me saca lágrimas.

 

Independientemente a haberme identificado con haber llegado Holanda (sin duda el panorama de Martín ha cambiado muchísimo este último año y de hecho en unos días tenemos cita con el doctor esperando que le quiten por fin después de 3 años una medicina) pero durante sus dos primeros años me queda claro que llegamos a Holanda. Y si, sentí todas esas cosas, sobre todo ese primer “¿Holanda? ¿Cómo que Holanda?”.  Y poco a poco, entre más platico, me doy cuenta que Holanda es más común de lo que parece.

 

Esta platica, la que inspira mis palabras hoy, me dejó claras que mi fórmula y aprendizaje está basado en PERSPECTIVA Y EMPATÍA. 

 

EMPATÍA:

No sabemos lo que está pasando la otra, así que dejemos de juzgar. Es muy fácil sentarse en la banca y criticar a cada mamá que pasa. Es muy fácil ver a niños de lejos y brincar a sacar conclusiones. “Es muy agresivo, seguro sus papás no lo pelan” “Es muy llorón, seguro es un berrinchudo” “Le hizo esto a mi hijo, sus papás no le ponen límites” y así, la lista es eterna. Ese niño llorón puede ser hipersensible y no puede contener sus emociones. Ese que pega y es muy brusco, puede tener un desbalance. Ese que está enfrente, portándose como no quisieras que se portara tu hijo a lo mejor tiene un mal día y está cansado. Qué te importa! Da igual. Todos tenemos una historia. Podemos empezar a hacer la diferencia tratando de no juzgar. De ser más empáticos. 

No es competencia. No gana quien llegó a Italia primero. No andes presumiendo tu increíble embarazo, tu fabuloso parto donde estornudaste y salió tu hijo sin dolor, lo bien que le va en la escuela, lo listo y talentoso que es. No todos los niños llegaron a Italia y en Holanda también se la pasa uno bien. Pero Holanda, si algo enseña es humildad. Algo que a veces falta en Italia.

 

PERPECTIVA :

Sin duda todos medimos la vida de acuerdo desde donde la estamos viendo. Y esto empieza y termina en expectativas. Esas malditas expectativas.

Si algo me dejaron tres años de ser mamá, es tirar las expectativas de todo a la basura. No es tarea fácil. Es trabajo de todos los días. Todos los días hay nuevas. Todos los días tienes que hacer un check contigo mismo y hacer limpieza de ese disco. Todos los días cuesta.  

Pero sí, las expectativas de una realidad que no llegará hacen que el camino sea más difícil y hacen que se te complique más la vida. Esto no lo digo yo eh, lo dice el mundo.  Y cuando entiendes eso, tomas perspectiva. Todos en esta vida tenemos nuestras montañas. Los que esperábamos que las cosas fueran de una manera y llegan de otra. Los que siempre se imaginaron tener hijos y hoy no pueden. Los que querían estudiar otra cosa y no tuvieron esa posibilidad. Los que la realidad los alcanzó más allá de sus sueños. Todos esos que se imaginaron la playa y les tocó la montaña. 

Entonces la receta es tomar perspectiva manejando las expectativas. 

 

Ojo, con esto no pretendo quitarle mérito alguno ni diferencia a aquellos que tenemos alrededor a los que les ha tocado más compleja esa montaña. La perspectiva y la empatía dejarán que nos podamos acercar y se puedan acercar a nosotros. Y no tengo más que respeto y profunda admiración para las mamás que viven en Holanda. A esas, no solo les mando dos abrazos, les mando abrazos, buena vibra, energía y mi apoyo desde donde estoy. Aquí estamos. No están solas. NUNCA. Once Holland, Always Holland. Son valientes, con fregonas y si, no las entenderemos si no estamos en sus zapatos, pero podemos apoyarlas. 

 

Ser MamáNoSabe no es ser MamáNoSufre o MamáNoSeCansa. Así como yo y mis pequeñas luchas en este corto tiempo de ser mamá, hay muchas que salen de casa todos los días pensado “A lo mejor hoy no voy a poder” y aún así, lo hacen.

 

A todas, las que leen y están por leer. A las que necesitan fuerzas. A las que me contaron sus miedos y las que se tomaron una cuba conmigo. A ellas, les dedico mis palabras. Estoy orgullosa de ustedes. Son grandes, grandes mamás. Tengo tanto que aprenderles.

 

 

Con lágrimitas en los ojos porque volví a ver el video, les dejo el link del video y como foto del post, el día que llegué a Holanda sin saber. Un día que nunca se me olvidará a que supo. 

VIDEO PLAYA Y MONTAÑA

 

 

Su MamáNoSabe de confianza. 

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